La historia de las Incubadoras de Empresas comienza con el cierre de la empresa Massey Ferguson en la ciudad de Batavia, en el año de 1958.

incubadoras de empresasEsta empresa daba trabajo a más del 20% de la población de la ciudad (de un total de 16,000 habitantes), y ocupaba un espacio de 93.000 mts2 de un predio perteneciente a la Cámara de Comercio de la ciudad. Más tarde, la Cámara logra vender el espacio a la familia Mancuso, cuyo líder, Ben Mancuso, había sido colaborador de la empresa de Massey Ferguson hasta su cierre.

Ben Mancuso pide a su hijo Joseph que busque a algún interesado en rentar el edificio, pero debido a la difícil situación económica de la época, ninguna empresa estaba dispuesta a instalarse en Batavia, por lo que la familia decidió ocupar el edificio por partes a diferentes empresas. Entre ellas hubo una dedicada a la incubación de pollos, que rentó una superficie de 7,400 mts2. A Joseph Mancuso se le ocurrió entonces que así como la empresa de pollos incubaba pollos, ellos incubarían empresas. El término de “incubación” lo aplicó porque la familia no solo arrendaba espacios baratos a las empresas, sino que también les ofrecía una serie de servicios de apoyo como secretarias compartidas, acceso a financiamiento y les facilitaba camiones para que las empresas pudieran mover y distribuir sus productos. Una vez que la comunidad entendió el funcionamiento de ese proceso, las empresas empezaron a buscar a Mancuso de manera activa.

El éxito de aquella incubadora se debió al apoyo de una familia que sabía qué se necesita para surgir en el mundo de los negocios, ya que poseían una ferretería, tres concesionarios automotrices, un salón de baile y un restaurante, además de varias propiedades en la ciudad. Les tomó seis años lograr los ingresos suficientes para pagar las cuentas (y aún tenían espacio por arrendar); para ese momento daban empleo directo a 450 personas, lo cual todavía eran menos que los 1.200 empleos que entregaba Massey Ferguson y que se había transformado en la meta de Mancuso.

El concepto de “Incubadora de empresas” dio sus primeros pasos en la década de los 50 en Silicon Valley, California, a partir de las iniciativas de la Universidad de Stanford, la cual creó un parque industrial y, posteriormente, un parque tecnológico (Stanford Research Park), con el objetivo de promover la transferencia de tecnología desarrollada en la Universidad hacia las empresas y la creación de nuevas empresas intensivas en tecnología, principalmente del sector electrónico. El éxito obtenido con esa experiencia estimuló su réplica en otras localidades, tanto dentro y como fuera de los Estados Unidos.

En general, una Incubadora de Empresas es un espacio de apoyo y guía para quienes quieren convertir una idea en un negocio; los servicios que se prestan son muchos y muy variados; van desde la guía para concebir y/o validar una idea de negocios mostrando a los emprendedores las tendencias y oportunidades que el mercado les presenta; posteriormente viene el proceso de incubación donde se forman empresarios y otorgan los elementos necesarios para crear el plan de negocios, documento que fija el rumbo de la empresa. Esto se realiza por medio de capacitación y asesorías que deben brindar consultores especializados. La relación incubadora-empresario debe ser vista a largo plazo, de modo que la empresa que se gesta siga su crecimiento con el apoyo de la incubadora, que viva si fuera el caso su primera experiencia para exportar, que se le brinde el acceso a fuentes de financiamiento que bien pueden ir desde apoyos gubernamentales hasta acceso a fondos de inversión; otorgarle un mentor que es un empresario que le brinde consejo y asesoría, hasta incluso crear un gobierno corporativo.

El objetivo de una incubadora de empresas es transformar ideas innovadoras mediante el acompañamiento empresarial en negocios competitivos, viables y sustentables, que generen empleos de calidad e impacten positivamente en la economía.

Los beneficios de contar con Incubadora de Empresas son:

  1. Que se establece una relación de largo plazo con los emprendedores de un negocio acompañándoles desde la elaboración del plan de negocios, apertura de su empresa (alta), contratación de personal, desarrollo y lanzamiento de nuevos productos, búsqueda de inversionistas (pasarela), hasta llevarlos a su primera experiencia de exportación (misiones comerciales), además de que la incubadora les da seguimiento periódico.
  2. Una incubadora de negocios puede analizar la misión de la empresa, orientarle sobre las herramientas del éxito e incluso cambiar el sentido inicial del proyecto, si éste no cuenta con un objetivo adecuado hacia el éxito comercial.
  3. En muchos casos la incubadora de empresas tiene estrecha vinculación con instancias públicas y privadas, con quienes se pueden buscar oportunidades de apoyo para la empresa naciente.

Actualmente existen instituciones educativas que cuentan con Incubadora de Negocios, tal es el caso de la Universidad del Valle de México, que cuenta con una Red de Incubadoras de Empresas UVM, que a través de talleres donde se desarrolla un plan de negocio para las empresas que entran en incubación. En dichos talleres se abordan temas como: Ser Empresario, Modelo de Negocios, Mercadotecnia, Administración, Finanzas, Operaciones, Imagen Empresarial, Relaciones Públicas y Responsabilidad Social, entre otros.

El Grupo de Consultores que imparten los talleres y asesoran para realizar el plan de negocios son profesionistas de gran nivel. Parte importante del Modelo de Incubación UVM es la evaluación por parte de especialistas internos y externos de los proyectos de negocio incubados. Actualmente se cuenta con Incubadora de Empresas en 9 diferentes campus de la universidad: Cumbres, en Nuevo León; Hispano y Lomas Verdes, en el Estado de México; Nogales, en Sonora; Tlalpan y San Rafael, en la ciudad de México; Torreón, en Coahuila; en Querétaro, en San Luis Potosí y en Zapopan, Jalisco.

Los requisitos para el ingreso a una Incubadora UVM son sólo dos; tener una idea de negocios y la actitud para dar el paso de emprendedor a empresario. Y las ventajas de entrar a este modelo que ofrece la Universidad del Valle de México es que se establecen alianzas entre los Empresarios UVM (speednetworking) y al graduar a una empresa (darle de alta ante SHCP) se le asigna un mentor (empresario reconocido que funge como Coach) y un Consejo de Administración, cuya experiencia y relaciones se suman al crecimiento y permanencia de las Empresas UVM.

 

Mtra. Esperanza Ricalde Sarmina: Directora Institucional de la RED de Incubadoras de Empresas UVM y Consultora independiente. Ha colaborado en distintas empresas en las áreas de adquisiciones, mercadotecnia, relaciones públicas y calidad. En su formación profesional podemos mencionar que cuenta con la Maestría en Ciencias en el área de Administración de Negocios, las carreras de Ingeniero Industrial y Licenciado en Administración y las especialidades en Mercadotecnia y Finanzas. Su pasión, la educación.