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Desde la fundación de la destilería en 1843, las Tierras Altas de Escocia han incorporado a su reputación como el corazón la cultura celta, el crear whiskies ‘unnecessarily well-made’. Fue aquí, entre las coloridas flores escocesas y el fuerte viento del norte que visité la increíble Glenmorangie House.

Elegante, lujosa y con un característico toque escocés, en la Glenmorangie House no solamente se destila el mejor whisky, también se da rienda suelta a la imaginación y a la exaltación de los sentidos.

La casa Glenmorangie nos remite no a un lugar, sino a una sensación, a una experiencia de paz y tranquilidad, plasmando en su construcción el significado de su nombre de origen gaélico, que se traduce como The Glen of Tranquility.

Lo cálido de un largo y aromático día fue la inspiración para la última edición limitada de Glenmorangie. Anualmente, esta cotizada y galardonada colección de excepcionales e intrigantes single malts invita a los conocedores a explorar la pasión e innovación de la destilería de las tierras altas escocesas.

El Glenmorangie Bacalta, que significa horneado en gaélico escocés, ha tomado un viaje único hacia sabores insospechados al ser primero de sus whiskies extramadurado en barricas Malmsey Madeira, que al ser la más finas, dotan al whisky de complejos sabores, revelando el carácter complejo que irradia lo suave del sol.

Este whisky es una excelente e innovadora edición que tuve el placer de degustar durante mi estancia en Glenmorangie House, después de una maravillosa tarde visitando la destilería, que se ubica a tan sólo veinte minutos de la casa, donde aprendí los secretos de la pureza y suavidad del whisky.

Durante su cata y con los recuerdos del campo escoces frescos en mi memoria, mi paladar se llenó con las sensaciones obtenidas durante su maduración. Su dorado claro nos recuerda al sol en las altas tierras escocesas, mientras que su olor perfumado, dulce y meloso nos remite a la campiña. En paladar es una mezcla de chabacanos maduros y una nota mineral, seguida por chocolate blanco y notas minerales. También se distinguen sabores complejos de tofe de menta, frutas horneadas, miel, almendras y dátiles, mezclándose con pimienta blanca, melón jugoso y un clásico tono balsámico maduro, con notas de pan horneado, notas de galleta y flores de pradera. Su final es rico y acaramelado, con cítricos y peras, y una intrigante sensación de menta y eucalipto en el fondo.

Glenmorangie House es un encanto de propiedad en la que se vive bajo el tradicional encanto escocés, donde las seis habitaciones están decoradas con tartanes y telas distintivas de su cultura, además de que entre sus amenidades está la de contar con un decantador de whisky.

 

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