California es un estado bendecido con una gran belleza, un clima sensacional y paisajes fascinantes. Bajo la tibieza de su sol y con su clima fabuloso, el estado es un destino afamado por sus parques nacionales, por sus paisajes, y sobre todo, por sus grandes regiones vitivinícolas. En esta tierra de oportunidades y de nuevos comienzos, los vinos de Wagner han logrado capturar la esencia de los terruños y la calidez del ambiente.
Ahora conocida por ser una familia amante de los vinos, el nombre Wagner se remonta al año de 1857, cuando sus primeros miembros llegaron al Valle de Napa en tren desde Bible Grove, Missouri. Guiados por el deseo de establecerse y de aprovechar las muchas bondades de California, la familia dejó todo lo que tenían para empezar una nueva vida, sin imaginarse que a más de un siglo de distancia, su nombre sería sinónimo de excelencia en vinos.
La pasión por la tierra se mantuvo vigente de una generación a otra, y así fue como inició la historia de Caymus Vineyards que comenzó como un sueño en 1972, cuando un hijo con sus padres dedicaban sus días a cuidar su viñedo, a podar las vides y construir una bodega. Sin perder el gozo de estar en contacto con la naturaleza, la familia trabajó unida hasta fundar su bodega, brillando con luz propia y distinguiéndose del resto, siempre con el sello particular de la familia.
El cuidado en la producción de sus vinos, de sabores tan brillantes como el sol que le da vida a sus uvas, ha hecho que la bodega siga creciendo, y nos presenta su maravilloso vino BONANZA, un Cabernet Sauvignon con denominación de origen californiano de varias añadas.
Su nombre evoca las épocas en las que una copa de vino acompañando la cena era un placer sencillo pero sublime. Además de fresco y delicioso, es un vino perfecto para darle un sabor exquisito a cada día, recordándonos que los grandes sabores no están reservados para ocasiones especiales, sino que pueden ser parte de la vida cotidiana.
El maridaje perfecto de BONANZA es con una buena compañía y con la comida que más nos satisfaga, ésa es la gran cualidad que posee este vino, la de darle a cada momento un sabor especial, y también sabe delicioso con un buen corte de carne sonorense.
El deleite que nos produce este vino inicia desde su nombre, que nos transmite la tranquilidad de los paisajes donde crecen las uvas, que nos habla de ilusiones y esperanzas. Una vez servido en copa, nos hipnotiza con su color rojo granate vibrante, con su nariz redonda y cálida con notas de creme de cassis, chocolate con leche y ciruelas frescas, acompañadas de toques tostados, cuero, frutos y sutiles aromas florales, mientras que en boca, u suavidad está en balance con la madurez, creando armoniosas sensaciones.
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