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Tiempo de Lectura:2 Minutos, 51 Segundos

La inspiración de las grandes mentes nace en los momentos y lugares menos imaginados. La historia de Walter D’Amico es una fuente de inspiración, un ejemplo de que para los grandes sueños no hay desafío imposible de superar. Antes de convertirse en un grandioso chef  y de tener un restaurante exitoso en Polanco, tuvo que pasar por diversos retos que definieron al hombre amable, cálido y divertido que es hoy.

Walter D’Amico llegó a México en 1975, después de haber crecido en una Italia que se reponía de los estragos de la guerra. Su familia se desplazó de Roma a un pueblo pequeño de campesinos ubicado en una colina, con pocos habitantes y grandes retos, y fue ahí donde, sin saberlo, se desarrollaría el talento culinario con el que hoy nos maravilla. Lo que ahora llamamos cultivo orgánico era cotidiano en su vida, pues su familia cultivaba y preparaba sus propios alimentos, y la harina, el agua y la sal eran esenciales para hacer su propio pan en el horno de su casa. Su madre era una auténtica artista de la cocina, una alquimista capaz de hacer pasar por carne un sencillo plato de setas silvestre, corazón de lechuga y leche de cabra, que hoy podemos probar en el restaurante con el toque especial del chef.

El contacto con la tierra, con los ingredientes y con la creatividad, condujeron los pasos de Walter a un destino que parecía inevitable: el convertirse en un chef exitoso. Su amor por la cocina empezó como un placer para compartir entre amigos, y fue gracias a la idea de su hijo y ahora socio como se abrieron las puertas de D’Amico Ristorante, en un lugar donde otros no lograron destacar.D’Amico Ristorante recibió a sus primeros comensales hace 13 años, en una fabulosa fiesta previa al diez de mayo, y desde entonces hemos estado enamorados de su servicio, de sus vinos espectaculares, y de la auténtica cocina  casera italiana, que son las recetas que Walter aprendió a preparar en su niñez. Para recordar sus orígenes, en cada mesa hay una rosa, por ser la flor que representa desde la antigua Roma la lealtad y camaradería, y que significa que lo que se dice en la mesa ¡se queda en la mesa!.

En una amena entrevista, el chef nos comparte la receta de su Spaguetti D’Amico, la máxima estrella del restaurante, un platillo en apariencia sencillo pero simplemente delicioso, ideal para maridar los vinos italianos de Il Borro, que para disfrutar de todos sus aromas y sabores se cata en copas Riedel, diseñadas especialmente para disfrutar en su totalidad las expresiones de cada varietal.  Ajo, aceite de olivo, alcachofa, champiñones, peperoncino, sal y pasta, se transforman en un platillo delicioso, y que al maridarlo con una rica copa de vino en mano, no queda más que decir ¡Salute y Buon Appetito!

Notas finales del Dr. Jacobo Neuman, Director y Editor de Pulso Pyme:

Si quieres conocer más del restaurante y de cómo se prepara por lo menos una de sus más importantes y sabrosas recetas, visita la siguiente página, y ve los videos que a continuación aquí también te incluimos:

http://www.damico.com.mx/ 

https://www.youtube.com/watch?time_continue=42&v=y8JTVP9YO_g&feature=emb_logo

Descarga la interesante entrevista que le hizo Deby al Chef Walter D´Amico: 

https://we.tl/t-MnpyqViWXV 

 

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