Para muchos empresarios y gente de negocios, la psicosis creada por las elecciones le pegó fuerte a la percepción de quienes comandan al ritmo operativo empresarial.   

 

Y esto aún no termina, porque ahora está en el aire una nueva tensión emocional provocada por ya saben quién y qué según los estudiosos, configurará los dos grupos clásicos, el de los confusos y el de los desorientados, pero con un tercero en discordia denominado como los ansiosos inquietos, que ahora serán mayoría. 

Y lo anterior, nos hace pensar en que el verdadero problema que cabe dentro de cualquier ideología es la conversión clara y efectiva de las promesas hechas en realidades contundentes, que le den el fundamento a esa palabra multicitada pero a veces incomprendida o mal interpretada…cambio. 

Un cambio, que a pesar de las zonas oscuras del cinismo y el descaro irremediablemente moverá la conciencia de los grandes rivales del desarrollo  nacional, la prirrupción y  la impupridad. 

Conscientes de la gran oportunidad que brinda la fuerza de la palabra cambio, atrevámonos a mover el periscopio para enfocar a nuestra propia empresa y con esa perspectiva concientizarnos que también tenemos zonas oscuras operativas, que de alguna manera y en algún grado degeneran al negocio y que nos hacen pensar que debemos superarlas de inmediato para impedir que sigamos dejando dinero en la mesa. 

Que no suene a consuelo, pero la mayoría de las empresas mexicanas y también extranjeras, unas más otras menos, tienen zonas oscuras operativas-  (negligencias; desintegración; indolencias; toma de decisiones lentas; burocracia ya no sólo galopante sino en modo «Hipódromo de las Américas»; manejo torpe de la información; comunicación casi en «secreto a voces»; una estructura organizacional que cobija gente que no debiera estar ahí; donde nadie piensa en el cliente a pesar de saber que él es quién nos paga;  falta de estrategias que si vendan; plantillas incompletas; procesos vagos o confusos; falta de supervisión; personal de ligas menores; carencia de planes de carrera; la mayoría hace lo que cree que está bien, ignorando la descripción del puesto; etc.  Estas zonas oscuras son como las enfermedades que no duelen, pero que destruyen… al ritmo que imponga la indolencia organizacional. 

Sin embargo, nos anima el poder superarlas para lograr lo que toda empresa desea alcanzar y mantener…niveles satisfactorios de operatividad, productividad y rentabilidad, que nos blinden, aún en las épocas ingratas en que los cambios generados por gente ajena a nuestra empresa, imponga. 

Pero como dicen por ahí que nada es para siempre, las inversiones regresarán como las mariposas monarcas que a pesar del hostigamiento humano, siguen tercas con regresar donde se sienten bien a pesar del gran esfuerzo de volar tantos kilómetros.

Regresemos a lo básico, quizás lo inteligente y práctico no es pensar en que hará la competencia o si la moneda fluctuará hasta niveles que nos pongan la cara de «what». 

He recibido comentarios de mis ex-alumnos del TEC, sobre la baja en las ventas y el no a los aumentos de sueldo, por lo que es el momento de encontrar las oportunidades de mejora. 

Ahora es cuando hay que revertir lo malo que la mayoría de las veces es temporal, pero entendiendo y aceptando que si a las zonas oscuras las queremos remediar con remedios a medias y no con estrategias y tácticas bien pensadas e instrumentadas, esas lacras operativas seguirán como hongos dañinos en caldo de cultivo, reinando por el mundo de la ignorancia empresarial.

Dejémonos ayudar por la gente con experiencia para alejarnos de las zonas oscuras, encontrando de manera práctica y eficaz, las oportunidades de mejora en la visión o modelo de negocio, la cultura de la empresa y su ambiente laboral interno, re-encontrar valores perdidos, alinear nuestro ritmo operativo con la capacidad integral de respuesta de la empresa, llevar a cabo  estrategias de ventas que sí vendan pero que no agredan a la misión y visión de la empresa. 

Y sobre todo pensar en la inteligencia comercial que nos permita seguir en el campo de juego donde sin zonas oscuras, nos lleve a vender más y mejor, aún en tiempos como los que estamos, más que pasando…sufriendo. 

Bajo las premisas que dicen:  

«Es mejor pecar de preguntón…a seguir pecando de ignorante» 

Y qué… «Si no hay ventas… sobramos todos» 

Hagamos algo verdaderamente efectivo por lo nuestro…

En caso de querer comunicarse con Jesús, por favor ponte en contacto con nosotros.