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Tiempo de Lectura:5 Minutos, 10 Segundos

Esta es la clase de historia que necesitamos conocer, cuando estamos seguros que el mundo se nos ha escapado fuera de nuestro control. Sobre todo ahora, “El Día de la Tierra”, el cual, consideramos debería de ser diario.

Además, no existen muchas personas que puedan tener el privilegio de estar con su amiga y mascota favorita en una foto tan especial como esta.

Libertad y JeffLibertad y Jeff

Libertad y yo hemos estado juntos los últimos 11 años hasta el verano del 2009. Llegó como un bebé en 1998, en ese momento tenía sus dos alas completamente rotas. Su ala izquierda no se abría hasta el final, incluso después de la cirugía. Se la había roto en 4 lugares. ¡Ella fue mi bebé desde ese instante!

Estaba demacrada y cubierta de piojos. Decidimos darle una oportunidad en la vida, así que la tomé y la llevé a la oficina del veterinario. A partir de entonces yo siempre estuve a su alrededor. La hemos tenido en una enorme jaula de perros con la parte superior abierta, la cual llenamos con periódicos cortados en tiras para que ella estableciera su nido y así pudiera acostarse y descansar.

Yo solía sentarme y hablar con ella, instándola a vivir, a luchar, mientras ella se quedaba mirándome con esos ojos marrones grandes. También tuvimos que alimentarla dándole comida a través de un tubo durante semanas.

Esto se prolongó durante 4-6 semanas y para entonces todavía no podía mantenerse parada por sí sola. Llegó al punto en que se tomó la decisión de practicarle la eutanasia, si es que ella no podía mantenerse en pie por sí sola, en una semana. Usted debe imaginarse lo difícil que era para mí, tomar una decisión de esa índole.

No quería cruzar esa línea entre la tortura y su rehabilitación, pero parecía que la muerte nos iba ganar. A ella se le iba a dar oportunidad, hasta ese viernes, pero si no reaccionaba, se la pondría a dormir.

Supuestamente yo debía visitarla por última vez la tarde del jueves. No quería ir porque no podía soportar la idea de verla sacrificar; pero fui de todos modos y cuando entré adonde el veterinario, vi que todo el mundo estaba con una sonrisa de oreja a oreja. Fui entonces inmediatamente a su jaula y allí estaba ella, de pie por su cuenta, una grande y bella Águila.

Estaba lista para vivir. Yo estaba casi con lágrimas en mis ojos en ese momento. Fue un día muy bueno y muy especial para mí.

Sabíamos que no podía volar, así que el director me pidió que a partir de ese momento usara un guante de entrenar que el mismo me facilitó junto con una correa para sujetar la pierna del águila y con un anillo para fijarlo a la correa en mi mano.

Entonces fue que empezamos a hacer programas de educación para las escuelas en el oeste de Washington. Terminamos también dando pláticas en los periódicos, la radio (aunque no lo crean) y algunos programas de Televisión. En “Se admiten Milagros” incluso se hizo una demostración acerca de nosotros.

En la primavera de 2000, desafortunadamente fui diagnosticado con Linfoma no-Hodgkin. Tuve la etapa 3, que no es bueno (en un órgano principal, más en otras partes), por lo que terminé haciendo durante 8 meses la quimioterapia.

Perdí un montón de trabajo y de cabello. Pero, cuando me sentí lo suficientemente fuerte, planeé un viaje a las montañas de Sarvey para tomarme con Libertad la dicha de dar un paseo. Estaba ansioso por ver la reacción de Libertad.

También ella me ayudaba viniendo a mí en mis sueños y me ayudó a luchar en contra del cáncer. Esto sucedió una y otra vez.

El día después de Acción de Gracias del año 2000, fui al último de mis exámenes. Me dijeron que el cáncer ya no existía. Se había ido. Todos mis martirios y preocupaciones se habían ido después de 8 rondas de quimioterapia. Mí última opción hubiera sido un trasplante de células madre.

Así que lo primero que hice fue levantarme y llevar a la chica grande a dar un paseo. Era una mañana con niebla y muy fría. Quería ver si se atrevía a volar por si sola, aunque fuera un vuelo corto.

Fui con una correa para sujetar la pierna del Águila con un anillo para fijarlo a la correa de mi mano… Y salimos frente a la parte superior de la colina. Yo no había dicho ni una palabra a Libertad, pero de alguna manera lo sabía. Ella me miró y me envolvió con sus inmensas alas hasta donde yo podía sentir su presión y toda su fuerza en mi espalda (Yo estaba completamente envuelto por las alas de el águila en ese momento).

Entonces me tocó la nariz con su pico y se quedó mirándome con sus ojos, quedándose allí muy tranquila por no sé cuánto tiempo. Emprendió un corto vuelo y regresó a mí.

¡Ese fue un momento mágico! Hemos sido amigos del alma siempre desde que Libertad llegó a mi vida

Libertad, saben, es un ave muy especial.

Posteriormente, he estado con personas enfermas que se acercan a nosotros cuando estamos fuera y Libertad tiene algún tipo de control sobre ellos. Una vez tuve un tío con una enfermedad terminal y al llegar a nosotros dejé que la abrazara. Sus rodillas casi se doblaron y juró que podía sentir su supuesto poder a través de su cuerpo.

Nunca me olvido de que tengo el honor de estar tan cerca de un espíritu tan magnífico como Libertad.

Libertad y Jeff 1

Todo lo que les pido hacer con esta interesante historia, es mantenerla en circulación, incluso si es sólo para una persona más.

Háganlo en memoria de alguien que usted conoció que haya sido abatido por el cáncer o que sigue viviendo con él o simplemente por alguien que disfruta de una gran historia de valor y fe. Además, ¡Espero que hayan disfrutado de esta interesante vivencia, la cual es completamente real, como mí Águila!

¡En Pulso Pyme, hemos cumplido con la petición de Jeff y Libertad en este Día de la Tierra!

 

Edición por Dr. Jacobo Neuman Praes.

Editor y Director General.

Pulso Pyme.

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