“ESQUEZOFRENIA*”
México es “un país operado por niños”, porque el nivel educativo y de conocimientos, la cultura del trabajo y la capacitación de sus habitantes, corresponden a los que tienen alumnos de quinto o sexto grado de primaria, expresó el doctor en Administración de Negocios Jacobo M. Neuman Praes, autor del libro Esquezofrenia, manual para una nueva vida, publicado por primera vez en 1996 y el cual ya va en su octava edición.
Este ínfimo nivel de educación –añadió- es determinante en la ausencia de un sentido de la formalidad y la responsabilidad del mexicano.
En entrevista con “Así es esto del abarrote**” precisó sin embargo que no se debe cargar al sistema educativo la totalidad de la responsabilidad de esta situación, pues éste “hace lo más que puede”, en un tarea que corresponde asimismo a otras instituciones tales como el hogar y la empresa.
“Las empresas deben apoyar a su gente; enseñarles desde la lectura básica si no la saben, y ayudarlos a crecer. No existen programas empresariales bien desarrollados para que su personal aprenda lo que tiene que aprender para hacer su trabajo”, dijo, y añadió que bastaría “que cada empresa le enseñe a su gente a trabajar en lo que tiene que trabajar”.
“Que le enseñen cuales son los valores, las responsabilidades; que se defina una visión, una misión, una estratégica para enseñarle a la gente, por ejemplo, que la razón fundamental de ser de una empresa es satisfacer las necesidades del cliente”.
¿Qué es la esquezofrenia?
“La esquezofrenia es una enfermedad que yo descubrí hace muchos años, que tiene el mexicano. No es una enfermedad que conozcan en otros lugares del mundo; podemos decir que es muy localista”.
“(La descubrí) basado en mis estudios y en traumas que tuve al estarle pidiendo a diferentes personas, proveedores, que me entregaran un producto, que me hicieran un trabajo –un mueble, una reparación en la casa, carpintería, el mecánico, el que atiende la tintorería-. Lo único que recibía era una justificación de por qué no habían terminado el trabajo”.
“Yo llegaba humildemente con estos proveedores, como cualquiera, y les pedía que me laven mi camisa, que me arreglaran mi sillón, que por favor cambiara las llantas al carro, etcétera. Normalmente me decían ‘sí, no se preocupe, se lo voy a tener en dos días, tres días, cuatro y cinco días’. Yo me iba confiando Esto, independientemente de que les aceptaba la cotización.
“Algunos hasta me pedían un anticipo, ¿te imaginas? Y total, que la mayoría de las veces yo regresaba a los cinco días, seis días o cuatro días y único que recibía era una justificación de por qué no habían terminado de arreglar mi coche, de arreglar mi camisa ni lavarla, ni el mueble, ni nada”.
Neuman Praes narra que antes se preguntaba por qué “el proveedor en México, cuando tú le pides algo se compromete contigo; pero ya está pensando qué te va a decir el día que se comprometió, la razón por la cual no te va a entregar. ¿Por qué, en lugar de entregarme mi producto a tiempo, con la calidad que nos comprometimos, lo único que recibo es una excusa y una reprogramación de la fecha?
“Las excusas suelen ser muchas. Entonces yo me di cuenta de que no estábamos preparados de ninguna forma para, realmente, atender al cliente; que el cliente es un mal necesario en las organizaciones. Y que éstas estarían muy bien si no fuera por los desgraciados clientes, que tanto piden”.
Refiere que el libro de su autoría contiene miles de excusas y que él ha catalogado y estudiado el comportamiento del mexicano. Por lo mismo aspira a que esta obra “sea un manual para una nueva vida, en la que no nos excusemos”.
Educación, la mejor medicina
El cliente –prosigue- ya sabe que le van a dar una excusa, está acostumbrado. Pero eso no hace que cese la responsabilidad del productor ni lo referente al servicio; el compromiso sigue vigente.
“Y el peor de los casos es cuando te dicen, todavía: ‘le va ha costar más caro’ ¡Cómo más caro! ‘Sí, me salió más cara la refacción’. Entonces, tarde y más caro. En otros lugares del mundo no sucede esto, ¿por qué si sucede en México?”.
¿Por qué sucede en México?
“Esa era mi inquietud. ¿Por qué eso me pasa a mí? O, ¿Yo soy el único al quien le dan excusas? Me puse a investigar. No, a todo el mundo le dan excusas. “Yo encontré una razón que parece muy obvia, pero no lo es. Después de mucho leer e investigar y estudiar a estas personas esquezofrénicas, me di cuenta de que la razón fundamental de la esquezofrenia es el escaso nivel educativo que tiene el mexicano”.
“Es un nivel educacional ínfimo. Nuestro sistema educativo nacional, gratuito o no, no ha generado una cultura de trabajo adecuada, ni conocimientos adecuados en las personas para responsabilizarse de su trabajo”.
“Si los niveles de educación del país a duras penas llegan a quinto año promedio y nos ponemos a pensar qué tipo de responsabilidades le podemos pedir a gente de la edad física que tu quieras, pero con una edad mental de cuarto o quinto año… Tú, por ejemplo, ¿le pedirías a un niño de cinco o seis años que manejara el tractor, que manejara el tráiler, que llevará la combi, que fuera el experto en computación? No, porque es un niño”.
Neuman Praes señaló que un niño de cinco, seis, siete o diez años, con preparación de cuarto grado de primaria, lo que desea primordialmente es jugar, hacer “puente”, la pachanga, la tele. Y eso es lo que explica la esquezofrenia.
En seguida recalca: “Y si, además, ese nivel educativo no nos da los conocimiento necesarios para poder atender o responsabilizarnos de nuestro trabajo, ¡imagínate!
Tenemos un país operado por niños de quinto o sexto año en general. En México quien accedió a la universidad o terminó la preparatoria es un privilegiado, pues la mayoría no está en tal situación”.
“Yo muchas veces digo, en broma, que México es el país de los arquitectos’, porque con cualquier excusa hacemos un puente. ¿Cuántos días realmente se trabajan en el país? Días que se trabajen con calidad, con productividad, con conocimientos del trabajo, del puesto y las necesidades del cliente, o de cómo tengo que llevar a cabo los procesos”.
Ese tipo de trabajo, señala, no se produce debido a que la gente carece de la base educativa necesaria para hacerlo. “Y como no voy a ser responsable y el cliente esta acostumbrado a recibir una excusa, entonces es más fácil para mi excusarme. Es que se me olvido. Oiga, ¿no lleva usted un control de sus órdenes o sus pedidos? Sí, pero se me olvido. O: ‘es que así dice el jefe’”.
-¿Qué se puede hacer para superar esto?
“En primer lugar, reconocer que tengo cierto nivel de esquezofrenia y después el mecanismo más sencillo para superarlo es empezar a leer; capacitarme, educarme en las cosas que a mí me interesen. Cualquier lectura es importante mientras yo vaya creciendo; pero en un país como el nuestro, donde a duras penas llegamos a 0.5 o 0.6 libros por persona al año, esto se complica”.
“¿Cuál es el mejor mecanismo que puede tener una persona para aprender? Es la lectura. Pero si no se lee pues… sigo excusándome”.
Reafirma que no se debe cargar toda la responsabilidad al sistema educativo nacional, sino que se requiere la participación de todas las instituciones sociales. Así, podría ser que lográramos eliminar la esquezofrenia, o al menos reducirla. “Ese es mi objetivo, por eso escribo y analizo a las organizaciones y a los esquezofrénicos de este país”.
Neuman Praes refirió que si bien en otros países no existe el problema de la informalidad y la irresponsabilidad, cabe la posibilidad del contagio por parte de los mexicanos, y recordó grados extremos de esquezofrenia, como el que halló en una empresa donde los trabajadores de un departamento justificaban su baja productividad “porque es que hace frío”, mientras que los de otro aducían que “hace calor”, y los de un tercer departamento del mismo edificio explicaban su improductividad “porque es que hace tibio”.
“Total, que no había forma de lograr productividad y calidad en esa organización porque no había clima adecuado para poder trabajar. A final de cuentas lo que realmente no había en la empresa era capacitación, educación, conocimientos, valores, responsabilidades, etc.”.
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“Si no, pus no…”
“¡Tú, tú país, tú empresa, tú familia y tus colaboradores se lo pierden! ¡Lástima, están divertidos y sí se aprende mucho”. Y algunos no cuestan nada.
“Te deseo “muchos éxitos” en todo lo que hagas…”
“Muchas Felicidades, Shalom, Suerte, Salud y Saludos” “¡NUESTRAS 4Ss y 1F!”
* BIBLIOGRAFÍA:
* LECTURAS RECOMENDADAS:
NEUMAN, JACOBO. “ESQUEZOFRENIA. UN MANUAL PARA UNA NUEVA VIDA”. JOEGA EDITORIAL. 2008.
NEUMAN, JACOBO. “EL TOUR DE FRANCIA. UN NOVELA MEXICANA SOBRE CALIDAD, PRPDUCTIVIDAD Y CULTURA”. JOEGA EDITORIAL. 2008.
** REFERENCIAS ADICIONALES:
https://www.anam.mx/descargas/doc_revista/datosSobre_revistaAEDA.pdf
https://docplayer.es/156342073-Asi-es-esto-del-abarrote.html
https://blog.storecheck.com.mx/ventas-tiendas-de-abarrotes-y-supermercados
*** OTRAS LECTURAS: ¡PREGUNTA CUALES SON…!
NOTA FINAL DEL EDITOR: MUCHAS GRACIAS A “Así es esto del abarrote**” POR PERMITIRMOS REPRODUCIR LA ENTREVISTA QUE ME HICIIERON PREVIAMENTE.
FOTOS CORTESIA DE PIXABAY