Con respeto y admiración a los verdaderos narradores del Fútbol Nacional de antaño, los maestros: Fernando Marcos y Ángel Fernández, sin olvidarnos del maestro “El Mago Septien”, gran narrador del Béisbol.
Estimados lectores, discúlpenme por publicar esta “Segunda Parte”, pero no me pude contener las ganas de escribírselas con todo el cariño y gusto que me merecen. ¿Y por qué nos escribes ahora esto?
¿Se recuerdan qué hace un poco más de un año, los expertos “narradores” deportivos “especializados” en comentarnos los partidos de fut, durante el último mundial en Brasil, se desgarraban los elegantes ropajes que visten por la marcación inexistente de un penalti en contra de nuestra selección, después de un maravilloso clavado de “10” del Holandés Roben? ¿Se acuerdan de la gran manifestación del “No fue…”, para nadie, pero sí para el árbitro, que aunque ciego para muchos y necesitado de lazarillo urgentemente, al igual que sus cegatones abanderados, que así lo consideraron? Pero, no hubo poder mortal que hiciera que se cambiara tal determinación y… Sí deseos de que lo fallaran, cosa algo más que imposible que sucediera… Yo me pregunté entonces: ¿Habrá comprado Holanda al árbitro? ¿Será la federación Holandesa corrupta o sólo lo es su jugador el artístico y fraudulento Roben?
Y que una vez marcado, aun bajo protesta de los 120 millones de mexicanos y sus fans, sí se tiró, se metió y quedamos fuera del mundial, sin que hubiera ninguna alma futbolera o no futbolera que lo pudiera evitar. Y. Holanda avanzó sin pena o duda respecto al clavado, al árbitro, a su desempeño al uniforme anaranjado que portaba o al clima…
Ahora, hace apenas unos cuantos días, en un nuevo partido contra Panamá en otro torneo internacional, no tan importante como el mundial, pero finalmente internacional en el que participamos, otro arbitro también con algunas o posibles deficiencias visuales, afortunadamente, para algunos, pero no para otros, marcó un penalti a favor de México y con eso le dio al equipo la posibilidad de avanzar en el torneo. ¿Eso, si lo metía…?
Repentinamente empecé a escuchar por parte de los narradores todo tipo de comentarios no muy claros, además, surgieron todo tipo de solicitudes pidiendo a los dioses de la cancha que nuestro delantero “Guardado o Escondido o Aburrido, que seguramente ustedes se acuerdan que actualmente juega en el equipo Italiano de Texmelucan el Bajo”, que lo fallara, no lo tirara, que nadie lo tirara, que el equipo se saliera de la cancha igual que lo habían hecho los panameños, que no era justo calificar de esa forma y demás lamentos de carácter “honesto desde su propio punto de vista”, solicitando mejor la descalificación honrosa, que una deshonrosa posibilidad de avanzar en el susodicho torneo a la final… ¡Qué sea dicho de paso, nos invitaron pronto a ver en la tele en el canal 777BIS!
Fueron fuertes las recriminaciones nuevamente al juez en turno por parte de los jugadores panameños, que aun con la posible verdad en la mano o de la inexistencia de la falta, y los gritos de “Pseudo-honestidad” de los narradores en turno, la falta no se canceló, con los posibles buenos o malos resultados potenciales para ambas selecciones.
Y, que a continuación la tiró impecablemente el futbolista “Tirado” o la “Guardo” en la cabaña el delantero “Guardado”. Lo raro fue que no gritaron como desaforados: ¡¡¡GGoooooooooooooooooooooooooollllllllllllllllllllllllllllllll…!!! Seguro, por respeto a Panamá, los panameños y sus jugadores…
Los narradores holandeses en el mundial, sí gritaron: ¡¡Gooooooollllllllllllll!! ¿Qué les parece…? Y no se les escuchó rezando para que su tirador fallara… para que su selección perdiera… Y no se les pidió que se salieran dela cancha…
Bueno, para terminar, ustedes ya saben, recuerden, que me hago bolas con los nombres de los jugadores, los equipos y demás ciudades donde juegan o jugaron el año pasado, gracias a los “expertos” narradores… Y mejor “veo” el partido sin oírlo, ya que le quito el sonido a la tele.
Lo cual me hizo meditar lo siguiente:
- – ¡Si perdimos por un error del árbitro y su abanderados, mal…! ¡Claro está…! En un caso similar, no perdió Holanda ni el partido, ni su honor, ni su marca, ni dejó de ser un gran equipo (¿Qué te parece u opinas al respecto mí muy estimado Sr. Ernesto Campos de México, CNN).
- – ¡Si ganamos por un error equivalente de otro árbitro, en otro lugar, en otro tiempo y en otro torneo, mal…! ¿Apoco…? Pregúntenle a los holandeses, qué opinan al respecto… Nos tildan de corruptos, de perder la marca y demás. Podría ser, verdad, pero también verifíquenle los ojos a los árbitros antes de entrar a la cancha, cómo se revisan los pilotos de avión o los chóferes de autobús, antes de que los manejen…
Y otra cosa más que podría hacer la FIFA que realmente ya no “FIFA”, es usar la repetición instantánea como ya se hace en el Americano o en el Beis, para poder mejor determinar si hubo o no penalti o falta o !GGGoooolllllllllll! (¿Resistencia al cambio de reglas y uso de tecnologías más modernas o “Esquezofrenia Galopante”) (¡He dicho…!)
- – Incongruencia Narrativa o Doble Mensaje o Corrupción de la más Alta Escuela…
Nota No 1: ¿Yo, ya de plano no entiendo cuándo podremos estar mejor?
Nota No 2: ¡Seguramente cuando nos curemos la “Esquezofrenia Galopante” que irremediablemente nos aqueja y desafortunadamente no nos podemos curar de ella…!
Nota No.3: ¡Sea o no sea penalti, sea gol o no lo sea, finalmente a México nada le conviene o funciona y menos a los “Narradores en turno”.
Nota No.4: ¡Finalmente. cuando las aguas regresaron a su verdadero nivel, acuérdense de Trelles, México jugó y le ganó la final en un buen partido a Jamaica. Y, los “narradores mexicanos” creo sí gritaron: ¡¡GGoooolllllllllllll!! (aunque yo no los oí, y ya saben por qué… Y además estaba buscando en mí libro de Geografía Básica donde queda Transilvania esquina Brasil y en que equipo juega allí en cuarta división, su jugador el golpeador “Pelado Marratano”).
Nota No 5: Y para terminar con esta serie de reflexiones muy mexicanas, me pregunto:¿Por qué será que no nos gusta ganar? Y, cuando lo hacemos, corremos inmediatamente al “Couch o Entrenador” y no se le da una oportunidad de aclarar sus objetivos para la siguiente competencia… ¡Se comportó inadecuadamente ante alguien que insulta continuamente en vez de narrar! ¡Mal…! ¡Pero creo que se merecía otra oportunidad…! O ya de perdis, una tarjeta roja, temporal como las muchas que ya ha recibido como jugador o entrenador y darle una última oportunidad. ¡Ah, y al insultante narrador algo también debió de habersele hecho, o no!