El refrán que le da el título a este escrito refiere a quienes hacen tanto y son tan insistentes que terminan por tener ventajas entre quienes participan en una misma actividad. Esto también es válido para quienes hablan tanto que terminan por sacar buena tajada de su esfuerzo oratorio.

Vivimos una época en la que mucha gente se siente ofendida si una persona tiene opiniones distintas sobre asuntos que se han convertido en extremadamente delicados. Siempre escuché el refrán que sugiere no opinar sobre religión, política o futbol, confieso que lo encontraba exagerado, si se establece una conversación ¨respetuosa” todos los temas pueden ser tratados sin agravios, pensaba yo. 

Hoy eso ya no es cierto y, sin pretenderlo, puede uno ser tremendamente ofensivo y hay temas que, si uno quiere llevar la fiesta en paz, es mejor no tocar. Qué pena más grande que así sea.

La vida pública se encuentra actualmente invadida por lo que se ha nombrado la posverdad. Ésta se refiere a la forma como los actores de la vida pública distorsionan los hechos, a través de narrativas que favorecen sus posiciones e intereses. Mediante estas narrativas se generan emociones entre sus seguidores, que les permiten justificar acciones que pueden ser contrarias a los acuerdos sociales previamente establecidos, como a la Constitución, por ejemplo.

Los usos intensos de las redes sociales y otros medios de comunicación han favorecido la difusión de estas narrativas. Se han constituido comunidades afines a los distintos grupos y éstos, en lo que se refiere a la política, suelen ser antagónicos e irreconciliables. 

Como consecuencia de este fenómeno se han popularizado y llegado al poder políticos llamados “populistas”. Ejemplos en el mundo hay muchos como Vladimir Putin, Recep T. Erdogan, Jair Bolsonaro, Evo Morales, Hugo Chávez, Nayib Bukele, Andrés M. López y Javier Milei, entre otros.

El riesgo que corremos los ciudadanos de este fenómeno es que el éxito lo pueden tener, no los mejor preparados y más inclinados a realizar acciones que ofrezcan alternativas de mayor desarrollo y bienestar de los ciudadanos, sino aquellos que mejores narrativas realicen. 

Dada la popularidad del mandatario mexicano y de su éxito en marcar la agenda política en nuestro país, se han adelantado los procesos para elegir un nuevo gobierno, tanto el poder ejecutivo como el legislativo serán cambiados en un año, sin embargo, la intensidad, constancia y eficacia en mandar mensajes que apelan a las emociones, muchos estamos asombrados de lo que aún falta para las votaciones y el tiempo que llevamos en este brete.

Una ventaja de las redes sociales y medios de comunicación es que los mejor preparados también pueden ser quienes ofrezcan narrativas, apegadas a la verdad, que generen emociones favorables de apoyo masivo que les permitan acceder al poder. 

En un país democrático el rol de la ciudadanía es vital, requiere una proporción grande de ciudadanos comprometidos con desarrollar habilidades para distinguir las narrativas apegadas a la verdad, de aquellas que estén más inclinadas a crear emociones, aunque sean inconsistentes con la realidad. Para que esto ocurra hay que invertir tiempo en educación, información y constatación de los hechos mediante la consulta de fuentes especializadas más objetivas y discusiones constructivas bien estructuradas. 

La gráfica siguiente es un diagrama causal de ciclos y ayuda a entender el fenómeno aquí tocado, es una forma de expresarse en el pensamiento sistémico (ver https://p-y3-www-amazon-com-mx-kalias.amazon.com.mx/DIN%C3%81MICA-SISTEMAS-Javier-PULIDO-CEJUDO/dp/6075388079 ) y puede ayudarnos a entender la importancia de constituir una comunidad mejor informada, más crítica y consciente de la amenaza actual a nuestra sociedad.

Diagrama

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Invito a los lectores de este artículo a que nos tomemos nuestro tiempo para reflexionar, buscar información de fuentes lo más confiable posible y abrirnos a escuchar al otro. Vivimos en un lugar lleno de riquezas que a veces no apreciamos, estamos ocupados en realizar adecuadamente nuestras actividades y podemos soslayar los asuntos de la vida pública que hoy presenciamos, pero puede ser que nos arrastren a un sitio donde no queramos estar.

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Ilustraciones

Las ilustraciones las saqué de la red de los sitios

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