Hace unos días leí un artículo de la ONU sobre los jóvenes Ninis en el mundo.

Quedé sorprendido al darme cuenta de que aproximadamente el 60% de los jóvenes en el mundo son Ninis. Después de leer más a fondo sobre el tema, me di cuenta de que esto quiere decir que el 60% de mil 800 millones de jóvenes entre 10 y 24 años ni estudia ni trabaja, lo que supone que sus perspectivas de vida son sombrías y sus aportaciones al desarrollo global serán limitadas.

Esta cifra es la más alta en la historia, lo que supone enormes retos, pero a la vez oportunidades, especialmente en países en desarrollo. Países en desarrollo con una numerosa población (como es el caso de México) pueden dar gran ímpetu a sus economías si realizan serias inversiones en la educación y salud de los jóvenes. Atacar al problema de la raíz es la única alternativa para reducir el porcentaje de Ninis en países que están en desarrollo.

Sin embargo, más de 500 millones de jóvenes tratan de sobrevivir con menos de 2 dólares diarios. Otro tema es que 2 de cada 3 países ignoran por completo a los jóvenes al diseñar las estrategias y planes de desarrollo nacionales dirigidos a reducir la pobreza. Esto es intolerable.

Los países que no presten atención a la juventud pueden experimentar un incremento progresivo de la tasa de fecundidad y verse obligados a mantener a un elevado porcentaje de jóvenes y personas dependientes en un futuro.

Los gobernantes de países en desarrollo deben de abrir los ojos y darse cuenta de que los jóvenes son los innovadores, creadores, constructores y líderes del futuro, pero no podrán transformar el futuro sin las herramientas necesarias ni apoyo de sus gobernantes. Para que los jóvenes cuenten con aptitudes, salud y capacidad de adoptar decisiones y verdaderas opciones óptimas en la vida, es fundamental el apoyo de sus gobernantes.

Brindando apoyo desde los cimientos es la única alternativa para que se reduzca el porcentaje de Ninis a nivel mundial. Y el cimiento es la educación.

Desafortunadamente, la tasa de desempleo es alta, y la oferta laboral cada vez es más escasa, y más aún si existe una fuerza de trabajo poco calificada que atrapa a las economías en actividades de escaso valor e índices de crecimiento anémicos. El “Dividendo Demográfico” con el que cuenta América Latina es la única esperanza que tiene el país para superar expectativas. El dividendo demográfico se puede lograr cuando la población de un país en edad de trabajar es mayor a que la que es más joven y dependiente. Pero esto sólo puede lograrse si se invierte en proteger los derechos para los jóvenes y promover la educación.

Con la educación adecuada, los jóvenes salen de estudiar con una mentalidad distinta a la que se tenía hace 20 o 30 años. Los jóvenes saben que la oferta laboral es escasa, y a veces no cumplen las expectativas que tienen al egresar de sus estudios.

Existen dos opciones: Sufrir ante la situación actual y repartir CV’s hasta conseguir un trabajo mediocre que no apasiona para nada al joven; o emprender.

Afortunadamente hoy en día la mentalidad emprendedora está aumentando de manera exponencial en países Latinoamericanos. Los jóvenes ya prefieren trabajar en algo que les apasiona, y que mejor que trabajar en una empresa que ellos mismo crearon. De ahí salen las PYMES y los famosos “Startups”.

Las PYMEs y Startups constituyen la columna vertebral de la economía de México debido a los acuerdos comerciales que ha tenido el país en los últimos años y por su alto impacto en la generación de empleos y la producción nacional. Asimismo, los startups juegan un papel importante en el desarrollo económico de países como Estados Unidos, donde 3% de los empleos entre 1980 y 2005 fue generado por ellas. A simple vista no parece una cifra significativa, pero si consideramos que en ese período de tiempo el crecimiento del empleo fue de tan sólo 1.8%, sin los puestos creados por las pequeñas empresas, la tasa de desempleo hubiera aumentado.

También se ha comprobado que, durante las épocas de recesión, los Startups y PYMEs tradicionales se mantienen a flote, e incluso en algunos casos logran crecer. Cuando la economía y los empleos comunes sufren, las personas tienden a generar sus propios negocios porque no hay otra alternativa viable. En esos momentos es cuando se crean las oportunidades para los que están dispuestos a tomarlas.

Este tipo de emprendimientos aportan muchos beneficios para la sociedad, fomentan la innovación, cambian paradigmas e impulsan el desarrollo económico y tecnológico de los países. Es por eso por lo que muchas personalidades del ámbito empresarial fomentan su creación y apoyan su crecimiento.

En vez de aumentar el porcentaje de Ninis en el país, hay que aumentar el porcentaje de emprendedores, que a la larga generarán empleos, y los empleados invertirán en la educación de sus hijos para que en un futuro no lejano sus hijos sean también  emprendedores y empresarios. Esta es la única solución que encuentro, y estoy confiado en que generaremos un círculo “vicioso” positivo para nuestra economía.