Japón, tan arraigado a su pasado y orgulloso de su legado, es un verdadero patrimonio gastronómico de la humanidad, no por nada la comida japonesa es una de las grandes favoritas alrededor del mundo. El contraste de los sabores en cada platillo la dotan de versatilidad, tanto para el paladar como a la vista, además de que varía con cada estación, siendo un festín para los sentidos.
Es una comida simplemente fascinante, y para disfrutar todo su esplendor artístico y sensorial, Arturo Rodríguez nos presenta grupo Onomura. Onomura Nigiri Room es más que un restaurante, es la culminación de un sueño y del esfuerzo de toda una vida. El éxito de Arturo como director del grupo, ha sido su trayectoria: antes de estar al frente de toda la operación, incursionó desde muy joven en el mundo gastronómico como ayudante y mesero, hasta que sus conocimientos, experiencia y sobre todo su voluntad inquebrantable, lo llevaron a convertir su sueño en realidad.
Onomura quiere decir lugar de encuentro, y su filosofía se basa en compartir en un espacio agradable y gozar de la alta gastronomía. Su propuesta culinaria nos transporta a través de los sentidos con platillos únicos, creados por talentosos chefs provenientes de restaurantes como Nobu y Makoto.
Sus platillos no sólo se limitan a ser hermosos, sino que son una explosión de sabores, texturas y sensaciones. Cada bocado es la oportunidad de sumergirse en un nuevo mundo, es lo más cercano a descubrir los sabores del paraíso. El restaurante combina un diseño moderno y contemporáneo con típicos toques japoneses, tonos de madera clara y oscura, una hermosa terraza y una larga barra abierta, donde los chefs crean sus obras de arte culinarias a la vista de todos.
La experiencia del buen comer no se limita a platillos deliciosos, sino que involucra a todos los sentidos en un ambiente agradable, amenizado con luz tenue y con música atractiva. Cada detalle ha sido creado para hacer del comer una experiencia memorable, acompañada de una excelente atención en cada detalle.
El toque distintivo de Onomura es que sus chefs tienen total libertad creativa, por lo que los platillos clásicos como el sushi y el onigiri adquieren un toque irrepetible. Salmón, rib eye, tiraditos, carpaccio, erizo, trufa negra, hongo japonés, toro con caviar, foie grass, son transformados en creaciones originales y deliciosas, acompañadas de una variedad de toppings y, salsas especiales.
Para acompañar todos estos matices, Onomura ofrece una amplia selección de vinos, en la que destaca el Friné Toscana I.G.T. 2006, creado bajo el sol de la Toscana por el Conde Francesco Marone Cinzano junto a Deby Beard. Al beberlo en una copa Riedel, la única que enaltece las cualidades de cada tipo de uva, inunda la nariz con aromas florales y frutales integrados con chocolate, y en boca es redondo y equilibrado, y es perfecto para acompañar los cortes de wagyu y pescado que se preparan en Onomura.
En estos momentos en que la seguridad es lo más importante, cada parte del proceso de elaboración está regido por estrictas normas de higiene, tanto dentro del restaurante como por parte de los proveedores, además, podemos disfrutar de sus sabores en la comodidad de nuestros hogares pues hacen entregas a domicilio. Entre los planes a futuro, Arturo está preparando la apertura de dos nuevos restaurantes, en Interlomas y Prado Norte, en los que el menú especial seguirá sorprendiéndonos, con creaciones como langosta en salsa de mantequilla negra y almendras.