Hacer de la experiencia de emprender algo memorable e inigualable cuando sucede en instituciones educativas y/o de la mano de una incubadora de empresas es obligatorio.
Un coach no necesariamente es experto en el área o sector donde la empresa opera sino es quien tiene una mejor visión estratégica.
Hoy día en las instituciones educativas tenemos la obligación de educar con conciencia para formar “campeones”; bien sea que decidan ser emprendedores o intrapreneurs; los primeros necesarios para fortalecer la economía en nuestro país y los segundos demanda constante del mercado laboral.
En 2004 el Banco Interamericano de Desarrollo realizó un estudio llamado “Desarrollo Emprendedor, América Latina y la experiencia internacional”; donde en 13 países (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, México, Perú, España, Italia, Corea, Japón, Singapur y Taiwán) se encuestaron a 1,800 nuevos emprendedores (de hasta 6 años de formada su empresa), entre otras cosas se establece un marco conceptual de los factores que inciden sobre el proceso emprendedor y sus resultados.
Se entrevistaron a emprendedores dinámico; aquellos cuyos negocios después del tercer año de operación empleaban a 26 personas y tienen ventas anuales en promedio superiores a 300,000 dólares; estos en México valoraron de manera especial (respecto al promedio regional) el aporte de las universidades a la adquisición de capacidades tales como manejo de riesgo 17% vs 2%, trabajar en equipo 54% vs 39%, negociar 31% vs 16% y ser creativos 47% vs 37%.
Algunas conclusiones de interés del citado estudio son que en todos los países la principal fuente de emprendedores es la clase media; se hace necesario que surjan proyectos de mayor calidad, así como la conformación de equipos con competencias complementarias que sean capaces de llevarlos adelante. Esta necesidad es particularmente importante en el caso de México, debido a que buena parte de los proyectos son creados por empresas unipersonales basadas en ofrecer precios bajos. En algunos países como México, es fundamental, trabajar sobre la actitud renuente a vincularse con las instituciones financieras y buscar técnicas de financiamiento no tradicionales y es necesario instrumentar estrategias de desarrollo emprendedor que sean integrales, es decir, que contemplen el conjunto de factores que afectan negativamente las distintas etapas y eventos del proceso emprendedor.
Tener conciencia de las etapas del proceso emprendedor es importante (Fuente: Kantis, Ishida y Komori, 2002) para conocer en que momento se encuentra en la gestión del proyecto de negocios y determinar entonces sus necesidades.
- Gestación del proyecto emprendedor, donde se desarrolla y trabaja en la motivación para emprender, la formación de competencias empresariales, identificar la idea de negocios y la preparación del proyecto empresarial.
- Lanzamiento de la empresa, se toma la decisión de emprender y se busca el acceso a recursos para la empresa.
- Desarrollo inicial de la empresa, donde se ingresa al mercado y la gestión de la empresa es clave para su permanencia.
El sistema de desarrollo emprendedor donde se incide para que se suceda o no la creación de un proyecto empresarial está formado por:
- Las condiciones sociales y económicas, donde el perfil del hogar en que habita, el nivel de ingresos, las condiciones macroeconómicas que imperan; así como los canales de comunicación son factores de gran peso.
- La cultura y el sistema educativo, más adelante hablamos a detalle de este.
- La estructura y dinámica productiva de la región donde los sectores predominantes de la economía son referencia importante para los emprendedores.
- Los aspectos sociales, formados por el perfil sociodemográfico del emprendedor y las competencias desarrolladas o no para tal fin.
- Las redes de emprendedores, formadas por los grupos sociales, institucionales y comerciales.
- El mercado de factores, este está compuesto por la cantidad y accesibilidad de los recursos financieros, los servicios profesionales de asesoría y acompañamiento y los posibles clientes y proveedores.
- Regulaciones y políticas, donde debemos de plantearnos el inicio formal de la operación empresarial; es decir los trámites para formar una empresa (si estos se hacen accesibles a los emprendedores o no); las normas de apoyo y fomento a la creación de empresas, la carga tributaria al negocio que nace así como las iniciativas y programas de fomento a la empresarialidad.
Donde los programas de apoyo al emprendedurismo inciden fuertemente es en la cultura y sistema educativo que son fuente de motivación para dar el primer paso en la creación de la empresa; aquí encontramos:
- El valor social que se da a los emprendedores. En muchas culturas emprender es aún sinónimo de vagar mientras que en otras quien toma la decisión de iniciar un negocio es admirado. Hoy en México instancias como Endeavor tienen entre sus acciones para fomentar el emprendedurismo llevar a las universidades y otros foros, casos de éxito para que compartan sus historias e inspiren.
- La actitud frente al riesgo de emprender, habremos de estar claros que este existe y está presente; en la medida que el emprendedor lo sepa administrar podrá ejercer acciones de mayor valor para su organización.
- Presencia o no de modelos empresariales ejemplares y el más cercano referente emprendedor que se tenga, bien sea en la familia, el sistema educativo, la empresa donde labora donde puedo o no fomentarse el ser emprendedor, conocido más como intrapreneur; así como el perfil del fundador que puede ser inspiración para los empleados.
Hacer de la experiencia de emprender algo memorable e inigualable cuando sucede en instituciones educativas y/o de la mano de una incubadora de empresas es obligatorio; así como identificar el momento que vive el emprendedor.
En la academia habrá de iniciarse con establecer y fortalecer el espíritu emprendedor teniendo y mostrando valiosas experiencias y casos de éxito bien sea de alumnos como de empresarios; más adelante abordar además de los temas indispensables para gestionar el negocio (administración, mercadotecnia, finanzas y operaciones) se habrán de acercar otros temas tales como el perfil de ser empresario (que implica este paso en la vida y los compromisos que se adquieren primero con el mismo y luego con su equipo), responsabilidad social, relaciones públicas, entre otros.
Llegado el momento el emprendedor habrá de contar con el apoyo de un coach; quien no necesariamente es experto en el área o sector donde la empresa opera sino quien tiene una mejor visión del total es decir estratégica; es quien busca llevar al máximo el potencial del líder.
Más adelante formar un Consejo de Administración que mire más allá de lo evidente cuya sesión se efectúe al menos trimestralmente y se forme por líderes en negocios.
Un mentor es otro apoyo importante con que debe contar el emprendedor; que es una persona que le comparte su experiencia, relaciones y contactos; cuya experiencia en el ámbito empresarial es reconocido y es además fuente de inspiración y se constituye como un consejero.
Por último hay que resaltar que es importante que se le hable al emprendedor de:
- Sus compromisos sociales traducidos en:
- Pago puntual de impuestos.
- Crear para sus empleados un plan de vida.
- Pensar en el largo plazo.
- El fracaso, como parte del camino.
- Invitarle a experimentar e implementar innovación de modo permanente en su proyecto empresarial.
- Allegarse de herramientas de vanguardia que le hagan competitivo frente a cualquier empresa.
- Si bien se puede iniciar con una microempresa siempre debe verse como un gran empresario (microempresario=¿empresario liliputiense?)
- Contar con un plan de negocios; sería poco responsable no contar con el mapa estratégico de la organización; cuyo carácter es siempre dinámico.