¡Vale la pena! ¡Vale…!
Una de las grandes creaciones de todos los tiempos es el vino. Es elegante, sano, divertido, intrigante, seductor y sin fronteras, es el mayor testigo del paso de los siglos, y en el caso de los vinos de la DOCa Rioja, sus casas vinícolas nos adentran en la historia de las regiones de esta tierra mágica y única por sus producciones de excelente calidad.
En la calidad de los vinos riojanos se involucran las características de las uvas, el tipo de terruño, el clima y también el tipo de copas en el que se toman. Las copas Riedel son el instrumento para apreciar y degustar el verdadero potencial de los riojanos, pues en su diseño se involucra el conocimiento de la anatomía humana, de forma que el olfato y el gusto perciban las cualidades del vino.
Hay tanto trabajo y esfuerzo para que una botella de vino riojano llegue a nuestras manos, y es tan enorme la extensión de terreno y tanta la diversidad de sus vinos, que se han clasificado para conocerlos y disfrutarlos mejor.
Garantía de origen:
Como lo indica su nombre, garantiza el origen y la añada del vino. Suelen ser vinos en su primer o segundo año, que conservan sus características primarias de frescor y afrutado, pero también puede incluir vinos que no encajan en las categorías de Crianza, Reserva o Gran Reserva aunque hubiesen sido sometidos a procesos de envejecimiento, por no estar éstos certificados por el Consejo Regulador.
Algunos vinos de Marqués de Cáceres son representativos de esta categoría. La bodega fue fundada en 1970 en el corazón de la Rioja Alta y actualmente exporta a más de 120 países en el mundo. Su filosofía es crear grandes vinos con un estilo inspirado por la escuela de vinificación bordelesa. Además de sus vinos, desde hace tres años la bodega se ha consolidado en la experiencia única del enoturismo, con espacios como la nave de barricas y la vinoteca con 13.000 botellas de añadas antiguas.
Crianza:
Se refiere a los vinos que al menos en su tercer año que han permanecido un año como mínimo en barrica de roble, que en el caso de los blancos es de un periodo mínimo de seis meses.
El vino Valenciso blanco tienen un paso por barrica de roble nueve meses, y regala un fresco aroma a cítricos, madera y notas frutales. Es un vino que enamora y por primera vez está disponible en una botella Magnum, con sólo 514 botellas disponibles para aquellos que prefieren ese tamaño por la evolución que presenta y por su bonita presentación.
Reserva:
Son vinos muy seleccionados con una crianza mínima entre barrica de roble y botella de tres años, con uno mínimo en barrica. Para los vinos blancos el periodo de crianza de dos años y seis meses mínimo en barrica.
Campillo Reserva Selecta 2007 de Bodegas Campillo, pertenecientes a Grupo Faustino, es un tinto riojano que hipnotiza los sentidos. Se somete a una crianza de 22 meses en barricas nuevas de roble americano y posteriormente se deja criar en botellas por otros doce meses más. Así es como obtiene sus matices seductores, empezando con la vista de su intenso color rojo cereza y con matices rubí. En nariz presenta un aroma complejo con notas de fruta negra madura, especias y roble, en tanto que en el paladar se presenta como un vino amplio, carnoso y con buena estructura tánica que finaliza en un elegante bouquet.
Gran Reserva:
Son vinos que proceden de grandes cosechas que han sido criados un mínimo de dos años en barrica de roble y tres años en botella. En vinos blancos, el periodo de crianza es de cuatro años con seis como mínimo en barrica.
Un magnífico representante de esta categoría es Faustino I Gran Reserva, un tinto fresco y vívido que muestra sabores brillantes de frutas y especias con cerezas, vainilla y toques de anís, que juguetean con sus ligeros taninos y la acidez de la cáscara de naranja. Armonios y grácil, su expresividad perdura en el paladar. Tras su paso de ocho meses en barrica de roble americano de West Virgina y de roble francés, mas 36 meses de crianza en botella, ha obtenido una valuación de 93 puntos en la revista Wine Spectator.