Recibí a través de Facebook una invitación, reenviada a través de un conocido de un amigo, de Incuba Emprende para asistir a una exposición de productos y servicios locales, la invitación decía así:
Ante esta gran expectativa asistí al evento encontrándome con un lugar muy poco concurrido, muy oscuro y casi en obra negra. Aun así, decidí dar un recorrido para conocer la oferta de productos y servicios pues efectivamente había cerca de 50 expositores, todos ellos con la misma gran expectativa de ventas y de visitantes correspondientes a la convocatoria.
Visité a todos y cada uno de los stands, encontré helados tailandeses, servicios funerarios, chocolate canadiense, café, dulces y artículos árabes, botellas luminosas, playeras, joyería artesanal, artículos decorativos, cerámica, plantas, regalos, ropa y accesorios de Oaxaca, productos para la salud y belleza, complementos alimenticios, polvos para elaborar agua de limón, agencias de viajes, accesorios para dama, juguetes y curiosidades, juguetes, tejidos hechos a mano, aromaterapia, veladoras y joyería de ángeles, botanas saludables a partir del amaranto, artículos ecológicos, artesanías elaboradas con materiales reciclados, seguros, accesorios para mujer, programas para adelgazar, mochilas, ropa de invierno, tequilas y mezcales artesanales, miel de abeja, guisados para tacos, pasteles, tostadas, aguas de sabores, venta de batería de cocina, alfajores, salsas de chiles artesanales, etc.
Todo ofertado por los artesanos, cocineras, creadores, fabricantes, artistas, importadores y representantes las empresas que invirtieron además de un alquiler para tener mesa en el evento, dos días enteros en ese lugar.
Me pareció sentir en el ambiente un malestar compartido que me fue confirmado al platicar con los expositores, estaban molestos debido a que el espacio y las condiciones no eran lo que esperaban. Tomé datos de contacto de varios de ellos y me comuniqué algunos días después, fue entonces que me transmitieron los siguientes hechos:
- El sábado no hubo ventas significativas ni siquiera para pagar su inversión dado el ausentismo del público. Al parecer, no hubo la difusión ni la publicidad necesaria y ofrecida por Karla Prado y Laura Montalbo para que se alcanzaran las ventas esperadas.
- El lugar está oscuro, casi en obra negra, puro cemento, con goteras de las que se enteraron debido a la lluvia de ese mismo día, los sanitarios estaban insalubres, las escaleras de aluminio les parecieron peligrosas y muy sucias, en fin, el lugar era poco agradable y no adecuado.
- Se juntaron los expositores y acordaron reunirse con las representantes y administradoras de Incuba emprende, Karla Pardo y Laura Montalbo, para compartirles su malestar y pedirles la devolución de por lo menos la mitad del dinero invertido en el pago por las mesas-stands. Ellas contestaron que ya no tenían el dinero. Conforme la conversación transcurría, el tono subía, y aunque hubo algunas personas mediadoras que apelaron al diálogo, la sensatez y conveniencia de ambas partes, no lograron acordar nada.
- Los expositores decidieron llamar a la policía, acudieron las patrullas y mujeres policías acompañaron a Karla Prado y a Laura Montalbo a trasladarse, saliendo por su propio pie del local, hacia el Ministerio Público No. 22, donde los expositores levantaron una denuncia.
- Como resultado de la denuncia Karla Prado y Laura Montalbo accedieron regresarles el dinero invertido a los expositores.
Sin embargo, ninguna de las dos se presentó en el Ministerio Público No. 22 el día acordado para pagar. Al constatar que no hay interés de parte de Incuba Emprende, los expositores acordaron levantar demandas civiles y penales en contra de Karla y Laura.
Conforme compartían experiencias entre ellos, se dieron cuenta que a todos los habían contactado vía Facebook, que les enviaron información de costos por mesa y medidas, la cuenta bancaria donde depositar y hasta después de realizar el pago, recibieron el contrato y condiciones del evento.
Estando en este periplo, les han comentado que, tanto Karla como Laura, tienen ya otras denuncias en su contra por el mismo fraude.
Según los expositores, “la manera de conducirse de Karla Prado y de Laura Montalbo es de personas cínicas, sin escrúpulos que estafan, engañan y roban como modo de vida ya que les ofrecieron llegar a un acuerdo pacífico y justo para ambas partes y se negaron”.
Han intentado hablar con ellas a los números de celular que les dieron para comunicarse antes y durante el evento – Karla Prado: 0445532412331 y Laura Montalbo: 0445534339148 – sin obtener respuesta y siempre escuchando el mensaje que repite: el número ha cambiado o se encuentra temporalmente suspendido.
Ahora también la página de Facebook de Incuba Emprende ya no existe. En internet los datos que aparecen de Expo Incuba Emprende son los siguientes:
Dirección: Calle Pdte. Carranza 94, Coyoacán, 04000 Ciudad de México, CDMX
Horario: Abierto las 24 horas. Teléfono: 01 5532412331 (número de Karla).
La dirección es una casa particular sin ningún letrero de Expo Incuba Emprende en su exterior. Y en otra página de la misma empresa aparece como dirección: Calle Francisco Ortega 14, que también es un domicilio particular.
Quien aparece como representante de Mental Relaciones Públicas, María Muñoz, con teléfono 5527084000, dice haber únicamente dado el servicio de relaciones públicas a Incuba Emprende sin tener nada que ver con el desarrollo del evento.
La razón por la que decidí escribir sobre esta situación es, primero, para abrir un espacio de réplica para Karla Prado y Laura Montalbo en caso de querer exponer su punto de vista. Y en caso de no presentarse tal réplica, compartir la información para intentar detener entre todos, acciones y conductas poco éticas que dañan en su conjunto a toda la sociedad.
La responsabilidad social y empresarial nos corresponde a todos. Necesitamos concientizar a la sociedad en general sobre la necesidad de conducirnos con ética en todas las áreas vitales, tanto en lo laboral como en lo social. Si queremos mejorar nuestro estar en el mundo, necesitamos trabajar en conjunto gobierno local, gobierno federal, empresas, organizaciones educativas, organizaciones no gubernamentales y todos los grupos sociales bajo el principio de responsabilidad social, empresarial y gubernamental.
Beneficiarse a costa de hacerle daño a un colectivo específico representa un daño para todos: vivir en un ambiente de desestabilidad, desasosiego y desconfianza sólo promueve un ambiente de violencia y malestar que se multiplica de manera exponencial.
La manera más efectiva y a mediano plazo para terminar con las enormes desigualdades sociales y económicas existentes en nuestro país y en el mundo es educar a la sociedad en su conjunto sobre la necesidad de trabajar en equipo, todos para todos en vez de vivir en un constante todos contra todos. Parece una tarea titánica pero es posible si cada quien hace su parte, sobre todo quienes ostentan un cargo de representación institucional, organizacional o gubernamental, sobre ellos recae una responsabilidad aún mayor. Para lograr un clima de estabilidad y confianza debemos conducirnos todos bajo un mismo código ético, buscando un mismo objetivo que es el bienestar común.
RESUMEN:
El último fin de semana de septiembre, Karla Prado y Laura Montalbo organizaron un evento de exposición y venta de productos locales en la delegación Coyoacán. Después de dos días de infructuosas ventas y un sentimiento de abuso, los expositores intentaron dialogar con ellas. El resultado fue mucho más negativo de lo que podrían haber imaginado