El objetivo principal que pretendo lograr con este escrito es “Ayudar y apoyar a todos y cada uno de los que tengan la responsabilidad de tomar las decisiones personales, administrativas, estratégicas u operativas organizacionales (cualquiera que sea el giro o tamaño de éstas), respecto a su ferviente e interesado deseo de hacer más eficientes y productivas a sus respectivas tareas, actividades o empresas”.
En el presente, además sugeriré algunas estrategias diferentes a las que actualmente están siguiendo las PyMEs del país, las cuales, no fueron diseñadas para corregir en forma definitiva la difícil situación operativa en la que nos encontramos metidos. Ya que las que ahora se están empleando aparentan ser solamente remedios temporales (como si se tratara de una situación coyuntural pasajera), en la que en las organizaciones sólo se necesitaran como cuando uno tiene un simple dolor de cabeza, un par de “Aspirinas y un ratito” para que todo “pase, se le quite, y se olvide uno de la tremenda jaqueca en cuestión que realmente se tiene”.
Según he estado investigando, la cruda, real y crítica situación por la que actualmente atraviesa la economía de nuestras empresas, organizaciones, y porque no decirlo de nuestro querido país, se debe principalmente a muchos y diferentes problemas graves y a sus profundas causas directas. Estas causas, que hasta ahora no están siendo estudiadas o analizadas en forma seria y profunda, atañen sin lugar a dudas a todos y cada uno de los participantes y pobladores del mismo respectivamente.
Mientras no reconozcamos cuáles son nuestras múltiples carencias, deficiencias y lastimosos niveles de educación, capacitación, ingreso, pobreza, seguridad, productividad, calidad de vida o la calidad de los productos y servicios que generamos, y tampoco comprendamos los orígenes de la increíble actitud apática que acompaña nuestro diario proceder, difícilmente podremos tomar las medidas adecuadas para realmente mejorar nuestros pobres resultados actuales. Necesitamos sentirnos personalmente culpables y responsables de corregirlos. Nos falta al respecto un verdadero sentido de “urgencia”.
Sí, de “urgencia”. Urgencia de mejorar, de avanzar, de corregir y arreglar lo que sea necesario para progresar. De pensar que realmente ya no hay tiempo o recursos que perder. ¿Por qué? ¡Pues porque urge…!
Las promesas, los slogans publicitarios o políticos no funcionan sin el requerido apoyo y convencimiento gerencial o directivo, para la búsqueda de los futuros resultados que podrían lograrse al implantar en las organizaciones procesos de mejora continua. La eliminación de las graves causas directas de la “triste realidad” que ahora vivimos, tienen más probabilidades de resolver los grandes problemas reales a los que actualmente nos enfrentamos, que el dejarse voluntaria o involuntariamente ser presa del contagio epidémico de la incurable y galopante enfermedad llamada “Esquezofrenia” (Neuman, 2008), a la que ha estado sujeto, y además ha sufrido resignadamente desde tiempos inmemorables el Mexicano. Lo anterior, también es aplicable a nivel nacional y gubernamental desafortunadamente. Es más, hasta lo es escolarmente.
Las personas y/o empresas y sus empresarios con buenas intenciones ya llenan en la actualidad muchos de nuestros sombríos panteones. Son recordados como mártires en pro de la paz, de la vivienda, del cambio, del reparto agrario, de la democracia, de la salud, de la convivencia, de la seguridad y otras muchas cosas más, las cuales, desafortunadamente aun no se materializan por completo. Desgraciadamente sus bien intencionadas y filosóficas metas tampoco nos han ayudado mucho a resolver la triste situación que actualmente estamos viviendo, lo cual confirman algunos economistas de diferentes extracciones académicas (Hope, 1995).
Es mejor pensar, planear, decidir y actuar en forma honesta y conjunta, en las empresas todavía sobrevivientes, cuales deben ser las estrategias más adecuadas que se deberán de ejecutar a la brevedad posible. Es vital tener un gran optimismo, la frente en alto y un gran amor por nosotros mismos, nuestras familias, nuestras empresas y nuestro “HHH” país, para entonces que podamos ayudarnos a salir de la cruda y triste realidad que actualmente vivimos. Nuestra situación no debe de verse como pasajera, debe verse como real, y que, a menos que efectuemos un gran esfuerzo intelectual para planear cambiar lo que actualmente vemos y no nos gusta, no lograremos más que seguir empantanados.
Vivimos desafortunadamente en un país pobre, mal educado y mal preparado para el trabajo requerido en el mundo actual. Tenemos deudas gigantescas, las cuales debemos pagar aún cuando no fuimos los que directamente las contratamos, ni tampoco aceptamos haber sido los improductivos que todo lo desperdiciamos o los derrochadores de las inmensas cantidades de dinero que “de buena fe” algunos ilusos nos prestaron. Tenemos escasez de vivienda, de carreteras, de puentes, de escuelas, de hospitales, de maestros u obreros mejor preparados y remunerados, de jefes y supervisores mejor capacitados para “liderar” a sus subordinados en base a un adecuado ejemplo. Y lo que si nos sobran son baches, topes, agujeros con agua que hacen que se te ponchen las llantas en medio de la lluvia, “estorbaforos”, semi-féricos, semi-circuitos interiores, segundos pisos incompletos, robos, secuestros e inseguridad en general. ¡Y, tramites, muchos trámites para todo!
Lo anterior no es justo, y no lo es ya que contamos en la actualidad (aunque muy mal administrados y empleados) con todo tipo de recursos humanos, físicos y materiales, que si fueran capacitados, educados, reconocidos y utilizados en la forma adecuada, lograríamos mejores resultados. Esto se puede constatar, como ya lo han demostrado algunos compatriotas al ser igual o más productivos que lo que son otros aborígenes de otros lares y en sus respectivas actividades en algunas empresas Mexicanas.
Tampoco es justo que nuestro país este tan mal, ya que podríamos ser más productivos, pero, nuestro sistema gratuito de educación no tiene para cuando actualizarse y modernizarse, y con esto realmente enseñarnos los valores adecuados para poder efectuar en mejor forma nuestro trabajo y las implicaciones que tal esfuerzo conlleva. Es menester que las empresas y los padres de familia, las primeras independientemente de su tamaño, tomen en sus manos la responsabilidad de capacitar y educar a la gran mayoría de los mexicanos para enseñarles a trabajar y a ser más responsables de sus actos cotidianos. ¿Por qué? Porque desafortunadamente en México el gobierno o el estado no ha logrado capacitar y educar a los mexicanos para poder competir internacionalmente.
¿Y cual es la causa principal actual de esto? Porque nuestros maestros actuales, además de tampoco estar preparados para impartir su cátedra o su clase no están motivados adecuadamente para impartirla. La una clase o educación que tristemente dan actualmente es cuando hacen marchas en pro de la educación por las calles de Reforma o en las carreteras en vez de estar dando clase en sus aulas. Y que allí hicieran el mayor esfuerzo para compartir conocimientos en sus humildes aulas, aunque estas fueran como en las que “Cantinflas” daba clase después de que le quemaran su escuela.
Para finalizar esta triste sección, y para lograr darnos una vez más cuenta de que realmente estamos mal y que muchos aun no queremos verlo, se da la triste situación de que necesitamos que un autor como Thomas L. Friedman, ganador del premio Pulitzer hasta en tres ocasiones, para que nos alerte en el capitulo “NUEVE”, intitulado “LA VIRGEN DE GUADALUPE”, de su reciente libro: “EL MUNDO ES PLANO”, al escribir sobre el increíble hecho que se presenta en nuestro religioso país, donde ya importamos estatuillas hechas de cerámica y fabricadas en China con la figura de la Virgen de Guadalupe para que le recen los mexicanos. ¡Bárbaro verdad! Si lo leen, tengan a la mano un pañuelo.
Y, como la última gota que seguramente debiera derramar el agua de nuestro vaso semi-vació, tenemos que nuestro patriótico y nacionalista país se apresta a celebrar el 207 Aniversario de la Independencia de México ondeando por todos lados banderitas, banderas y banderotas de México, por cierto la más bonita del mundo según una encuesta recientemente hecha, y que tristemente también estas sean traídas especialmente para tal importante evento nacional desde la legendaria, milenaria y también moderna nación China. ¡Lástima…!
Ya ni siquiera tenemos la capacidad productiva o con la calidad y el precio requerido por el mercado mexicano para hacer ni las estatuillas, ni las banderas, ni las guayaberas del Sur-este, ni los sarapes de Saltillo y otros múltiples artículos de uso común para el orgulloso y patriótico mexicano o para el turista que desesperadamente los busca por nuestros sitios turísticos, y que estén fabricados con la productividad y el valor requerido para no tenerlas que traer desde tan lejos. ¡Qué triste…! ¿Verdad…? ¡¡Pura Esquezofrenia Galopante…!!
Y, definitivamente estamos viviendo: -“Una triste realidad….”
¿Y tú, qué opinas de todo esto…? ¿O qué vas a hacer al respecto en tu pequeño o grande lugar de influencia?
Bibliografía
Friedman Thomas L., 2005. “The World Is Flat”. Farrar, Strauss and Giroux. New York. PP: 309.
Hope María, 1995. “Economistas y Realidad. Senderos que se bifurcan”. Expansión, Noviembre 22, 1995. Vol. XXVII No. 679. PP: 36-42.
Neuman Praes Jacobo, 2008. “Esquezofrenia. Manual para una Nueva Vida”. 7ª Edición. Joega Editorial.
Neuman Praes Jacobo, 2008. “El Tour de France. Una Novela mexicana sobre: Calidad, Productividad y Cultura”. 2ª Edición. Joega Editorial.